Fragmento
Daniel había sido, además, el campo de prueba de las inquietudes intelectuales de Anabela. Discutían, igualmente, acerca de la existencia de Dios, de la supervivencia de la democracia, de la liberación de la mujer, del matrimonio homosexual, de cómo combatir la corrupción enquistada en la política, y de cualquier otro tema controversial que surgiera en el país o en el mundo. En ese cruce de espadas intelectuales, usualmente Anabela era la liberal y Daniel el conservador. Al escepticismo de ella acerca de la existencia de un Dios creador, Daniel razonaba que el ateísmo no era más que una demostración de arrogancia de quienes no aceptaban que la capacidad cognoscitiva del hombre todavía no había avanzado lo suficiente para comprender el concepto de Dios. En gustos diferían también: ella prefería el color rojo, él el azul; ella la ropa formal, él los bluyines y los tenis; ella las frutas y los vegetales, él los pasteles y la pasta. ¡Cuánto extrañaría sus desacuerdos y cómo lamentaba haber sido a veces tan impaciente y mordaz ante los razonamientos de su hermano! Siempre sospechó que el verdadero propósito de Daniel era el de estimularla, retarla a razonar. Sí, todas aquellas discusiones y controversias habían sido parte de una meta que se había impuesto Daniel para con ella, como padre, hermano y maestro. Sin embargo, detrás de todas las diferencias de criterio existía una dependencia mutua surgida de la orfandad prematura y del trato cruel que los hermanos Puentes habían recibido de los tíos Pesantes.
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Luego de que el camarero tomó las órdenes y sirvió el vino blanco, Luka preguntó a Anabela en qué podía ayudarla.
⎯Déjeme ver por dónde comienzo. ⎯Anabela hizo una breve pausa⎯. En Lima, el día que caminamos en el parque Abtao, me dijo usted que había estado con Daniel la víspera del día de su fallecimiento, es decir, el sábado 25 de noviembre. Lo primero que quisiera saber es cómo y desde cuándo conoció usted a mi hermano.
⎯Cómo no. Conocí a Daniel cuatro meses después de que salieron publicados los Papeles de Panamá ⎯Luka hizo memoria⎯, en agosto de 2016. Mi empresa fue contratada para investigar a algunos personajes de muy alto perfil, entre ellos algunos políticos y empresarios peruanos. Daniel y yo sostuvimos en Lima una reunión confidencial (no podía saberse de mi participación en el tema para no afectar la investigación) y luego mantuvimos intercambios de mensajes encriptados. Debo reiterarle lo que ya le dije a usted en el parque Abtao: de los periodistas que conformaron el consorcio que investigó y publicó los Papeles de Panama, de los muchos que yo conocí, Daniel era, sin duda el más competente.
⎯Gracias, Luka. ¿Volvió a verlo usted?
⎯Cuando salieron a relucir los Papeles del Paraíso, algo más de un año después, en noviembre de 2017, también se me contrató. Yo contacté a Daniel telefónicamente, pero él me aseguró que en esta investigación él no había sido invitado a participar. Después, a fines de ese mismo mes de noviembre, me llamó él a mí para ver si podíamos reunirnos a hablar de temas relacionados con ambas publicaciones, los Papeles de Panamá y los del Paraíso. Esa reunión se produjo en este mismo restaurante.
admin –
Excelente Libro